sábado, 20 de septiembre de 2014

discurso de Daniel Muñoz ante el Congreso Agrícola Ganadero de 1895

Discurso de Daniel Muñoz ante el Congresos Agrícola- ganadero de 1895
            En la campaña es necesario reducir la instrucción a la más elemental... A mi entender, los programas de enseñanza adoptados por nuestras escuelas rurales pecan de sobrada extensión... y lo peor es que se da en ellos mayor amplitud a materias superfluas... Todo lo que se relaciona con la aritmética, con la geografía, con todos aquellos rubros elementales que fueron siempre la base de la enseñanza, han sido pospuestos a la anatomía, a la botánica, al a mineralogía y a otras materias igualmente complejas... Yo quiero escuelas en que los niños varones se hagan hombres fuertes y viriles, y no sabihondos enclenques y mujerengos...quiero una escuela que no saque de su fiel el equilibrio social, pretendiendo hacer a las niñas de las clases trabajadoras unas marisabidillas insoportables, que con la cabeza llena de humareda científica empiezan por tener en menos a sus padres y acaban por divorciarse de aquellos que por igualdad de clase y de posición debieran ser más tarde sus marido, condenándose así la aridez del celibato o a la fecundidad inmoral de la mancebía, ufanas de ser concubinas de un petimetre antes que rebajarse a ser esposas de un trabajador honrado (¡Bravo! Muy bien. Grandes aplausos)... Propaguemos en la campaña la escuela elemental que enseña solo a leer y escribir... y no aspiremos a más, señores, porque si pretendemos sacar de sus naturales  fronteras  la educación común, vamos derechamente al desquicio social, Desgraciados los pueblos en que los obreros de los talleres sean académicos y en que las mujeres de trabajo sean bachilleras. No contribuyamos a hacer de la sociedad moderna una nueva Torre de Babel que se desplome debido a la confusión de clases, de posiciones y de gremios, aplastándonos a todos bajo sus ruinas! He dicho
(Muy bien  Aplausos prolongados)
                                                           
citado por Barrán y Nahum: Historia social de las revoluciones de 1897 y 1904 Ebo 2a Edición Montevideo 1993. p 49.